Italia reduce por ley los ritmos del trabajo en el doblaje

Italia reduce por ley los ritmos del trabajo en el doblaje

Italia frena. En su nuevo convenio colectivo, los actores y los estudios de doblaje han pactado reducir el ritmo de trabajo. Desde el pasado uno de enero, los actores no pueden superar las 130 líneas de texto durante las tres horas de trabajo que dura un turno allí. El nuevo límite supone entre seis y siete páginas, en el caso de un guion de cine, y unas diez páginas en el caso de las telenovelas.

El nuevo convenio colectivo del doblaje en Italia, que fija además una importante subida salarial y la prohibición de ceder derechos para alimentar a la IA (inteligencia artificial), se encuentra ya plenamente vigente, hasta el 31 de diciembre de 2026.

El convenio italiano estipula una productividad máxima en las salas de doblaje. “Entre las novedades destacadas del nuevo acuerdo, se incluye un artículo completo dedicado a la Inteligencia Artificial (IA) y la introducción de una subida salarial ante la reducción en los ritmos de trabajo en favor de una mejora sustancial en la calidad del servicio y por ende del producto final”, confirman desde la patronal italiana Anica y los sindicatos SlC-Cgil, Fistel-Cisl y Uilcom-Uil.

En Italia, el sistema de recuento de palabras se estructura en torno a la línea, definida como 50 pulsaciones taquigráficas, sin contar el nombre de los personajes que intervienen en el film, aunque sí los signos de puntuación y espacios, y las indicaciones técnicas y didácticas (con abreviaturas aprobadas por el propio convenio colectivo del doppiaggio).

Así, cada página de un guion contiene entre 18 y 20 líneas.

Los turnos de trabajo marcan otra diferencia sustancial respecto a España. En Italia consideran que la sesión no debe durar más de tres horas seguidas, a fin de evitar la fatiga producida por el trabajo con la voz.

Siete páginas en tres horas

Por tanto los actores no deben superar las 130 líneas por cada turno de tres horas, en el caso de las películas; es decir, unas siete páginas de guion, aproximadamente. Un límite que se amplía hasta un máximo de 160 líneas en el caso de las series; esto es, unas ocho o nueve páginas de guion. Y hasta 200 líneas en el caso de telenovelas (diez u once páginas); o 300 líneas, en documentales y realities que no requieran sincronización labial (unas quince páginas, cada tres horas).

El convenio prevé que se puedan sobrepasar dichos límites un máximo de un 10%, siempre que en el siguiente turno, de tres horas, se aligere en igual porcentaje la carga de trabajo.

Al igual que en España, los actores del doblaje italiano cobran por dos conceptos en cada llamada a trabajar: uno, por convocatoria, y otro, por unidad de trabajo — allí la línea, aquí el take –.

Desde el 1 de enero, los italianos cobran 79 euros por convocatoria (cifra que ascenderá a 84 euros en 2025), en general, sin importar el tipo de producto.

La diferencia radica en el cobro por unidad de trabajo. Más caro en el caso del cine (2,42 euros la línea); algo más barato en las series (2,18 euros por línea); más barato aún en las telenovelas (1,67 euros la línea) y otros productos de categoría C.

Precios que subirán entre un 3% y un 5% a partir de enero de 2025, según prevé el convenio colectivo.

En banda, doble compensación

Trabajar en banda también tiene su compensación. En este caso, los actores cobran doble convocatoria a partir de la línea 71; un límite que, en el caso del cine, y siguiendo la media fijada de productividad, debería cumplirse en poco más de hora y media de trabajo continuado.

En el caso de las series, la doble compensación por trabajar en banda se logra a partir de la línea 96; y en el de las telenovelas, a partir de la línea 121.

En cambio, los docurealities sin sincronización labial se cobran a 100 euros por convocatoria, y 0,70 euros por cada línea a partir de la línea 31 (cinco céntimos más a partir del año próximo).

En Italia, los actores de doblaje ganan en torno a 470 euros por cada turno de tres horas de trabajo continuado, según algunas estimaciones. Una cifra que puede reducirse a unos 120 euros cuando la carga de trabajo es menor.

Asistentes obligatorios

Además, el convenio obliga a contratar a una figura como es el asistente de doblaje, aunque este puede en ocasiones, y bajo ciertos requisitos, trabajar también como actor. “En caso de necesidades especiales, el asistente de doblaje puede ser utilizado como actor de doblaje siempre que la empresa, dentro del acuerdo entre las partes interesadas, nombre a otro asistente para los turnos en los que el primero actúe como actor de doblaje”, detalla el convenio transalpino.

Para los directores de doblaje, el convenio italiano fija una compensación mínima de 205 euros —230 euros, el año próximo— por cada turno de tres horas de trabajo, tanto para el cine, como para las series y telenovelas; que se reduce a 156 euros en el caso de los documentales y realities sin sincronización.

Los citados asistentes, por su parte, obligatorios en todas las producciones, incluyendo telenovelas y docurealities que requieran sincronización labial, y no solo en películas, series y telenovelas, perciben una retribución de 118 euros por turno de tres horas —130 euros, a partir del año próximo— además de otro tanto —118 euros, o 130 a partir del año próximo— por cada tres horas de preparación.

Ilegítima IA

El convenio italiano ha proscrito además la cesión de derechos con fines de entrenamiento de la inteligencia artificial. Así, en su artículo 22, el pacto considera “legítima y válida” dicha cesión de derechos aunque solo “si se refiere al producto audiovisual para el cual fueron realizados” y a su posterior explotación y promoción.

Por el contrario, considera “ilegítima” cualquier actividad de extracción de textos y datos (text and data mining) y cualquier “muestreo” dirigido a desarrollar o entrenar algoritmos de inteligencia artificial (machine learning).

“No es lógico ni posible detener las evoluciones tecnológicas”, constata el texto, que traslada a una posterior negociación una regulación más específica de esta materia, mientras llega la legislación europea, y las partes adaptan la normativa.

Según sus firmantes, el convenio del doppiaggio italiano contiene “una regulación moderna, simple y accesible, que reconoce el importante trabajo de muchos profesionales, especialmente en un momento histórico como el actual, cuando se pone de manifiesto de nuevo la dualidad entre el componente humano y el tecnológico”, recalcó el presidente de la confederación empresarial Cinema e Audiovisivo, Corrado Azzollini.

“Un texto acorde con los tiempos, que tiene en cuenta las transformaciones debidas a las tecnologías más recientes como la inteligencia artificial, y que tiene como objetivo la valorización y el reconocimiento justo del trabajo de los actores de doblaje, grandes profesionales que son un orgullo para Italia«, recalcó la subsecretaria de Cultura Lucia Borgonzoni.

Un 85% de los italianos prefieren ver producciones dobladas antes que en versión original con subtítulos, según algunas encuestas. En el país se calcula que viven más de 1.700 profesionales del doblaje que trabajan en medio centenar de compañías especializadas.

La nueva regulación llega después de que los actores de doblaje italianos se sublevaran el pasado año en contra del bloqueo de un convenio colectivo sin renovar desde 2008, y ante la presión creciente que las nuevas tecnologías vienen ejerciendo en todo el mundo sobre los profesionales de la voz.

Indignación en España

Tras conocer la noticia, en España, fuentes consultadas entre los actores mostraron su indignación ante el hecho de que sean “las mismas empresas” que operan en España las que aceptan en Italia condiciones que aquí regatean a los actores españoles, en referencia al nutrido grupo de multinacionales que operan en ambos países, como Iyuno, Deluxe, VSI, Transperfect y otras (Eva no opera en Italia, aunque sí en Francia, Alemania y Reino Unido, además de España).

Es más, en nuestro país, donde solo Madrid cuenta con un convenio colectivo que regule el ejercicio de la profesión, algunas de estas multinacionales han abierto sedes en distintas comunidades autónomas, como Iyuno, a la que los actores de doblaje de Galicia acusan de rebajar la nómina a los actores que rebasan cierta facturación mensual, un 25% en el caso de aquellos que cobran más de 600 euros al mes, y un 15% a quienes devengan entre 300 y 600 euros, según sostienen los actores gallegos.

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