Un conocido estudio de Madrid — uno de los más importantes de la capital — está solicitando actores negros para doblar a personajes de esa raza, en películas, series y otras producciones audiovisuales. La petición, que llega después de una intensa polémica en Estados Unidos, tras los disturbios originados por la muerte de George Floyd, ha suscitado diversas reacciones en el doblaje madrileño, incapaz de satisfacer esa demanda por parte del estudio de sonido.
La exigencia de actores negros —sin acento— para doblar a actores negros partió de uno de los estudios más punteros de la capital. Y fue remitida a numerosos directores de doblaje, que trabajan de ordinario con este estudio, según fuentes consultadas por Blog EDM.
La petición del estudio respondería a los deseos de uno de sus clientes — una reputadísima multinacional de la producción y la distribución audiovisual — que habría solicitado al estudio las voces de actores negros, para encarnar a actores de esta raza, en el doblaje de su producción al español de España.
Se trata de voces neutras, sin acento, y sin ningún rasgo que las distinga de las de sus colegas blancos o de cualquier otra etnia. Una petición que, aunque criticada por la mayor parte de la profesión, según fuentes consultadas, ha despertado, en lugar de enfado, más bien reacciones de tono humorístico.
“Hay mucho cachondeo ”, desvela Eduardo Gutiérrez, ‘Guti’, veterano actor, y director a la sazón de Padre de familia, uno de los títulos que, un año atrás, levantaron la polémica en Estados Unidos.
El año pasado, y después de hacerlo durante veinte años, el actor Mike Henry anunció que dejaba de prestar su voz a Cleveland, uno de los personajes negros de la serie. De raza blanca, Henry daba así un paso atrás, alejándose de la polémica abierta a raíz de la muerte, a manos de la policía, de George Floyd, un afroamericano que falleció en el verano de 2020, en Mineápolis, suplicando a sus captores que lo dejaran respirar.
Las últimas palabras de Floyd — I can’t breath; ‘No puedo respirar’ — sirvieron como lema de una convulsa protesta que se extendió por todo el país, y aún más allá, traspasando incluso fronteras, en demanda de un mejor trato a los negros y el fin de la violencia policial, resumidos en la consigna Black Lives Matter.
Un conflicto que tuvo su repercusión entre los actores de voz. A la renuncia en Padre de familia, se añadió una cascada de dimisiones en la veterana y muy popular Los Simpson, cuyos actores anunciaron su intención de dejar sus personajes que fueran de razas distintas a las suyas, huyendo del ojo del huracán.
Solo dos actores negros en el doblaje madrileño
Lo novedoso es que ahora la polémica se instala en España. Y lo hace a pesar de la muy diferente constitución de ambos países, en lo relativo a su población. “Es imposible encontrar tantos actores negros en Madrid”, confirma el director de doblaje madrileño ‘Guti’.
De hecho, a la mente del veterano director tan solo acuden dos nombres cuando se trata de citar a actores negros dedicado al doblaje en la capital. “Uno es Edson Ferrero, y el otro es además actor de imagen, que también se dedica al doblaje”, apunta el director, responsable en la actualidad precisamente del doblaje de la serie Empire, con nada menos que sesenta personajes negros en su reparto original.
“Es realmente asombroso”, opina Adolfo Moreno, responsable del sindicato madrileño de actores de doblaje Adoma. “No hay gente para que a los negros los doble un negro; a los chinos, un chino; y para que los transexuales sean doblados por un transexual”, dice, alertando además sobre el peligro de “desprofesionalización” que se oculta tras la noticia.
“Más que hablar de cuotas o inclusión hablamos de desprofesionalización”, añade, relatando además experiencias como Gran Torino, la película dirigida por Clint Eastwood y en cuyo doblaje en Barcelona se empeñaron en incluir a orientales, sin formación en doblaje, con malos resultados artísticos. “Te saca de la película totalmente”, resalta.
“Las voces no tienen razas. Tendrán muchos colores, pero raza yo creo que no”, concluye, destacando además que en el cine “todo es mentira, todo es magia”, y mostrando su enfado por los gastos que origina la inclusión de amateurs en el doblaje de películas, mientras se “racanea” a los profesionales; aunque, matiza, esta petición de actores negros se limita a “algún estudio, con algún cliente y algún producto muy concreto”.
Un caso de discriminación
Además, en el fondo del asunto, los actores y directores consultados perciben que la exigencia de actores negros para doblar a personajes de esta raza puede constituir un caso de discriminación. “En el doblaje lo importante es la apariencia; da igual quien preste la voz”, confirma ‘Guti’.
“Quieren actores negros sin acento”, tercia Lorenzo Beteta, actor y director de doblaje, y responsable a su vez de la Escuela de Doblaje de Madrid, editor de este blog.
“Es llevar la corrección política a límites insospechados”, añade Beteta. Y mucho más en un país como España, donde no hay muchas personas de razas distintas a la blanca que se dediquen a esta profesión, apunta.
“El doblaje no tiene que ver con la imagen, tiene que ver con la voz”, agrega, tildando además el asunto como una idea “absolutamente criticable”.
“Al final se establece una discriminación, pero no solo para el actor blanco, que no puede doblar a un actor negro; sino para el actor negro, que — se supone — no puede doblar a un actor blanco, porque no es de ese color”, expone.
La polémica ha afectado a otras artes (en 2018, el barcelonés Teatre Lliure se disculpó por carecer de un actor negro para encarnar al protagonista de su última producción Àngels a Amèrica). Pero también a cuestiones distintas de la raza. Como la orientación sexual.
Hay quien defiende que los personajes homosexuales deben ser encarnados por actores de esa orientación sexual. Incluso en el doblaje, desvela ‘Guti’. El director, sin citar el estudio, recuerda que hubo hace unos años un intento de que un personaje homosexual fuera interpretada por un actor de esa misma orientación sexual. «Al final todo quedó en un conato», aclara.
La cuestión se combina además con los prejuicios a la hora de dibujar a los personajes de minorías. Así sucedió, por ejemplo, con el personaje de Apu, el famoso tendero de origen indio de Los Simpson, cuya continuidad estuvo en discusión a causa del arsenal de tópicos que escondía su armazón.
“El problema con Apu, más que al doblaje, se refiere a la concepción total del personaje”, tercia Pachi Aldeguer, actor de doblaje español quien, en declaraciones a este blog, subraya que hay algo “inquietante” en el hecho de que el color de la piel de un personaje condicione el color de la piel de quien ocupa el atril.
El actor y director, dueño de una reputada voz que le ha servido para interpretar a diversos actores de raza negra, advierte que, si “el personaje de Apu está plagado, como apuntan, de ‘estereotipos casposos’ no debería importar tanto la nacionalidad o el color de la piel de quien le presta la voz, como la decisión de sus creadores a la hora de dotarlo de esos estereotipos”, afirma.
«¿Quién doblará a los perros?»
Cuestión aparte es el tono humorístico que ha presidido la respuesta de los profesionales madrileños a las exigencias de su empleador. “¿Quién doblará a los perros?”, se pregunta ‘Guti’, en conversación con este blog. “¿Alguien verde para Hulk?, se interroga el actor Secun de la Rosa en su Twitter, cuando estalló la polémica en EEUU. “¿Quién doblará a Dumbo o a Bambi? ¿Y a las hormigas Antz? Si se rueda Matusalén, ¿encontrarán a un actor de su edad”, agregó el popular actor.
Es más. En una ocasión, en el doblaje madrileño, hubo un estudio que se empeñó en contratar, para doblar a un loro, a un ave autóctona, o al menos que hablara en español, según asegura el director ‘Guti’, quien afirma sin embargo que esa petición tampoco fue atendida.
Y es que, en el arte de la interpretación, lo importante no es quien seas, sino lo que seas capaz de encarnar, tal y como señaló a Times Radio Harry Shearer, actor de Los Simpson, envuelto por la polémica en EEUU.
“Parte del trabajo de la actuación es tener la capacidad de interpretar a alguien que no eres. No nos pagan por la voz, sino por actuar”, sentenció.
En este debate hay tres partes a las que se puede demandar opinión: clientes, los actores y los consumidores de producciones en castellano.
De estos tres, la de los actores me atrevo a sospechar que es la opinión a la que menos valor se dará, porque dirán que es obvia: el 99% estaremos en contra de introducir factores que limiten opciones de trabajo. Por tanto la opinión de los actores es irrelevante por obvia. Dirán que es ‘parte interesada’.
El debate real de este tema está, por tanto, en los clientes (que tienen que decidir cuáles son sus prioridades) y, especialmente, la los consumidores de producciones en castellano (excluyamos a los que son ‘parte interesada’ por ser ‘fans de…’ o ‘alumnos de…’). Si esos consumidores transmiten que les importa más la calidad del doblaje que el color de la piel del actor es posible que los clientes pongan freno a esta nueva tendencia. Si, por el contrario a los consumidores les «ofende» ese caso o les da igual y no se pronuncian, la tendencia podría continuar e incrementar.
(¿De verdad habrá entre los consumidores sectores a los que les pueda ofender que blancos podamos poner voz a actores afroamericanos? No fingiré la objetividad que no tengo – siempre guardaré cariño a Jacob/Bo, gran experiencia profesional – y me inquieta pensar que aquello pudiera ofender a alguien. ¿Pasará algo similar cuando actores no-judíos ponemos voz a un personaje judío tipo Snot o Eddie? ¿También se adapta a religiones, etnias, color de pelo, ideologías, orientaciónes… etc? Al final son los consumidores los que tienen la palabra, pero si no la ejercen, los de arriba decidirán por ellos).