El doblaje se une al torrente de solidaridad frente al coronavirus

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El doblaje, uno de los puntales de la industria cultural española, también se ha sumado a la oleada de solidaridad surgida a raíz de la pandemia por coronavirus. Con sus poemas, canciones y actuaciones diversas, los profesionales del doblaje han dejado, como parte del tejido cultural, un rastro luminoso de ayuda a la población confinada, que brilla sobre el fondo de luto y muerte que deja la pandemia.

Una miríada de gestos en apoyo a enfermos y población en general que, ya en los primeros compases de la crisis, dio comienzo al declararse el estado de alarma el 14 de marzo, y la consiguiente obligación de permanecer en los domicilios. Entonces, un grupo de actores, agrupados bajo el colectivo Scooby Dub, se aprestaron a redoblar un simpático vídeo, compuesto por fragmentos de conocidas películas y series, que, alterando el diálogo original, llamaba a la población a respetar el confinamiento como mejor modo de luchar contra la expansión del virus.

Se trataba de evitar la multiplicación de los contagios y el colapso del sistema sanitario. Los artistas comenzaron a organizarse. Y así surgió #ArtistasEnCasa, otro proyecto, que, vinculado a un grupo en la red social Facebook, logró reunir a mediados de abril, en apenas un mes de existencia, a cerca de 4.000 artistas, que comenzaron a bombardear a la población con los frutos de su talento.

Canciones, monólogos, poemas y todo tipo de interpretaciones, menudearon desde entonces en esta red social. No faltaron destacados miembros del colectivo de actores de doblaje. Uno de los más activos resultó ser Eduardo Bosch, quien ha venido dejando muestras de su talento en diversas formas, que van desde el poema No te rindas, grabado junto a otros miembros de la profesión, como Miguel Ángel Jenner, Coral Balas, Núria Mediavilla, Melania Marcos, José Posada y Paloma Escola, como parte del proyecto Voces para la resistencia; hasta una sentida interpretación del poema La saeta, de Antonio Machado; pasando por canciones, como una divertida versión del icónico tema Salta, de Tequila, que produjo el también actor Álex Saudinós – la voz, entre otras muchas, de Bob Esponja– , o una excelente versión de Brillante, el tema de la película de Disney Vaiana que Bosch cantó junto a Daniel Millet, a iniciativa del incombustible Mike H. Sarmiento.

Este jueves el proyecto Voces para la resistencia ha sumado un segundo capítulo a su arsenal de consuelo frente al virus con el poema Defensa de la alegría, de Mario Benedetti, que, en las voces de Neri Hualde, Mario Pérez, Silvia Sarmentera, Abilio Fernández, Alicia Merino y Lorenzo Beteta, se une esta ventana de difusión de la poesía en las voces de destacados actores de doblaje, cuyos resultados, dicen, han recabado gran aceptación en hospitales y unidades de cuidados.

Bulos, críticas y relatos

Pero el apoyo de las figuras del doblaje no se ha limitado al mundo virtual. En el apartado de colaboraciones con la sociedad civil, y en particular dentro de la labor de voluntariado, César Capilla, el actor de doblaje e imagen – voz, entre otras, de Patricio, en la serie Bob Esponja – ha destacado por su labor como voluntario en la Cruz Roja, echando una mano a otras personas, al pie del cañón en estos tiempos marcados por el miedo al contagio y la incertidumbre.

Otras muestras del servicio a la sociedad emprendidas por los actores de doblaje durante la pandemia vienen de la mano del relato, y de la denuncia de uno de los fenómenos más odiosos surgidos estos días. Se trata de los bulos. Y en su combate, o al menos en su denuncia, se ha destacado otro actor, Rafael Azcárraga, quien, desde la plataforma de ficción sonora Historias leídas, aportó con el cuento Los tres tamices un interesante punto de vista desde el cual enfrentarse a la proliferación de bulos y noticias falsas que ocurrió durante la pandemia.

Sin embargo, esta agitación cultural sufrió entre el 9 y 11 de abril un apagón. Se llamó el #ApagónCultural, y fue secundado por un extenso grupo de actores, desilusionados por lo que juzgaron un tibio apoyo del Gobierno a los artistas, como trabajadores del mundo de la cultura. Una protesta que no se limitó sin embargo, al Gobierno, sino que alcanzó también a la oposición, cuando un recuperado Capitán A Posteriori, sacado de viejos capítulos de South Park, la serie de animación para adultos, sobrevoló el Parlamento, apuntando al principal partido de la oposición, criticando así la oportunidad de su labor durante la crisis.

La profesión se vistió de luto y se aprestó al duelo por algunos de sus más miembros más insignes miembros, como Salvador Vives,voz entre otros de Jeremy Irons, Hipólito de Diego, director de reconocido prestigio, el gran actor Paco Torres y el técnico de sonido Antonio García Urós, ya retirado, tras su trabajo durante décadas en estudios como Best Digital o Tecnison; todos ellos fallecidos durante estas semanas marcadas por el dolor y la pérdida.

Ahora, a mediados de abril, cuando se habla ya de la salida, de la desescalada, del desconfinamiento, la profesión se hace preguntas por su futuro. La incertidumbre es total. No sé sabe qué pasará. Ni cuándo ni cómo volveremos a lo que un día fue nuestra vida. Se habla de un formidable atasco de estrenos, con supreproducciones paradas, como Mulan, el último Bond o el nuevo Fast and Furious. Pero en cualquier caso, se empieza a hablar ya de esperanza, con los contagios aflojando su ritmo y las cifras de muertos descendiendo aquel vertiginoso pico. Se habla de esperanza. Y se hablará con orgullo. Del puñado de actores, de todos ellos, que como el resto de la población, aguantaron el chaparrón, y pusieron su arte al servicio de la vida.

Suerte, compañeros.

Pronto nos veremos frente al atril.

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