Raúl Lara: «El público tiene el poder de frenar los doblajes con IA»

Raúl Lara: «El público tiene el poder de frenar los doblajes con IA»

Después de liderar la revuelta de los actores españoles de voz contra la inteligencia artificial, el presidente de Adoma y portavoz de PASAVE explica en esta entrevista las claves para entender el movimiento unitario que ha puesto en pie a locutores y actores de doblaje de toda España.

Raúl Lara, el joven líder del sindicato madrileño del doblaje Adoma, llegó a esta responsabilidad hace poco más de año y medio. Un monstruo le esperaba a la puerta. La inteligencia artificial (IA) y sus modelos generativos, capaces de generar voces con apariencia de naturalidad, amenazaban con quebrantar la existencia de un arte como el doblaje con más de noventa años de historia en nuestro país. La reacción no se hizo esperar. Los actores de voz y locutores españoles se pusieron manos a la obra. Se plantaron ante las distribuidoras. Y les dieron un ultimátum. Sus voces no se usarían para entrenar a la inteligencia artificial. Una revuelta extraordinaria en un país que carece de un convenio estatal que regule el ejercicio del doblaje. Pero que ha salido bien, a juzgar por los hechos relatados por Lara en esta entrevista con el blog de la Escuela de Doblaje de Madrid (EDM), donde el joven actor detalla los pormenores de las leyes que protegen la interpretación de los actores de voz, y pide al público que rechace los doblajes automáticos, un remedo sin alma que el público, según sostiene, puede frenar.

¿Cómo afecta a los actores de doblaje la aparición de la Inteligencia Artificial (IA)?

La inteligencia artificial lleva existiendo mucho tiempo. Y se utiliza para muchas cosas. Pero el gran salto ha sido la inteligencia artificial generativa. Una tecnología capaz de generar voces sintéticas, que se suponen naturales, al contrario que otras tecnologías más antiguas. Y que ahora pueden decir una frase, de forma natural, de forma que, si está bien hecha, no se puede diferenciar si es una persona quien la pronuncia, o una máquina. Un hecho que abre multitud de escenarios y que ha disparado las señales de alarma. Porque permite que las empresas puedan intentar ahorrar costes, a costa de la calidad.

¿Cómo protege la ley los derechos de los actores de doblaje amenazados por la IA?

Los actores de doblaje, cuando vamos a un estudio, realizamos una interpretación. Esa interpretación se fija en un soporte. Y su destino es formar parte de una obra audiovisual. Esa interpretación genera unos derechos. Unos derechos de propiedad intelectual, que el artista debe ceder para que se pueda explotar comercialmente esa grabación.

Por otro lado, esa interpretación va unida indisolublemente a la voz. Y esa voz está protegida por los derechos de imagen. Es un derecho fundamental protegido por la Constitución y por la Ley Orgánica 1/1982.

Estos derechos no se pueden vulnerar, salvo que se haga una cesión específica, para su utilización en algo concreto. Por eso, a nosotros, para trabajar, por lo general se nos obliga a firmar esa cesión de derechos.

Históricamente los actores de doblaje no le hemos dado la importancia que merecen a esas cesiones de derechos. Es una asignatura pendiente que tiene la profesión, tanto por su contenido, como por la remuneración, que actualmente solo paga una de las grandes distribuidoras, a diferencia de los actores de imagen, que sí reciben esa remuneración —un 5%, aunque acaba de subir a un 6%— tal y como se recoge en su convenio colectivo.

En este sentido, ¿en qué se diferencian las legislaciones europea y estadounidense?

Son dos mundos distintos. Y se diferencian en muchísimas cosas. No soy un experto, pero, para el caso que nos ocupa, lo fundamental es que en Estados Unidos no existen los derechos morales. Además, en España, no se pueden ceder derechos a futuros; no están permitidas las cesiones de un derecho cuya existencia desconoces; es decir, no puedes ceder el derecho para entrenar la inteligencia artificial, si cuando lo firmaste no existía tal tecnología.

¿Por qué el reglamento europeo hace hincapié en la trazabilidad de los productos generados con IA?

Porque es lo lógico. Por suerte el reglamento europeo hace hincapié en dos conceptos, que son la transparencia y la trazabilidad. Transparencia porque todo el mundo tiene el derecho de saber que lo que está viendo no es real, sino un producto generado por la inteligencia artificial; es decir, una voz sintética, en nuestro caso. Y trazabilidad, en cuanto a que cualquier tecnología explotada en la Unión Europea que utilice datos para entrenar a la IA tiene que demostrar que posee las autorizaciones para el uso de ese material con el que se ha alimentado. Porque ese material tiene unos derechos (de imagen, de autor, de propiedad intelectual, protección de datos, etc.)

¿Qué problemas encontráis con las actuales cesiones de derechos?

Las cesiones de derechos en España son por lo general traducciones de modelos estadounidenses. Están redactadas según la ley estadounidense y no de acuerdo a la legislación europea y española. Por eso incluyen cesiones a futuros, para cualquier tecnología inventada o por inventar, incluso a veces, en cuanto al ámbito, afirman que la cesión es valedera para este universo y para otros universos por conocer. Otras veces contienen renuncias a los derechos morales, a pesar de que en España son irrenunciables. Y obligan a recurrir a los tribunales, por ejemplo, de California, en caso de que haya un problema legal. Eso sin contar con la remuneración, no ya por autorizar la cesión para el entrenamiento de la IA, sino simplemente el pago por autorizar la fijación, reproducción y distribución de esa interpretación.

En vuestra opinión, ¿pueden ser nulas las cesiones de derechos firmadas hasta ahora?

No tenemos duda de que muchas de esas cesiones son nulas. Eso nos llevaría a un proceso que podría acabar en los juzgados. Aunque preferimos evitarlo. Los estudios de doblaje y las distribuidoras son indispensables en el ecosistema del doblaje. Son nuestros empleadores. Pero también son nuestros compañeros en esta industria. Y pensamos que, ya que nuestra petición es muy lógica, debemos solucionar este asunto hablando y entendiéndonos, antes de pasar a otros escenarios.

¿En qué consiste la llamada cláusula IA?

La cláusula IA es una cláusula que fue redactada por PASAVE, la plataforma de asociaciones y sindicatos de artistas de voz de España, a la que pertenece el sindicato Adoma, que yo presido, y de la cual soy también portavoz. Desde PASAVE se redactó y entregó a los estudios esta cláusula en mayo de 2023. Y está pensada para proteger al trabajador, a fin de que no se pueda clonar su voz, ni utilizarla —tampoco su interpretación— para el entrenamiento de tecnologías de inteligencia artificial.

¿Permite la legislación explotar comercialmente tecnologías que fueron entrenadas, sin pagar derechos, por organizaciones sin ánimo de lucro?

Nosotros entendemos que no. Esa es la gran pregunta. No entendemos cómo todos los modelos fundacionales, y, en concreto, Chat GPT, que fue desarrollado por OpenAI a través de una fundación sin ánimo de lucro, al amparo de una excepción legal que permite entrenar modelos de inteligencia artificial sin tener los derechos de los materiales usados, aunque solo en el ámbito investigador o universitario, pasó en cierto momento a convertirse en una empresa —con un fuerte apoyo de Microsoft—, y a comercializar y monetizar una tecnología que fue alimentada sin las autorizaciones sobre esos derechos. Lo correcto hubiera sido decir: —“Si quieres comercializar esta tecnología, debes entrenar el algoritmo de nuevo. Y, para ello, debes obtener primero todos los derechos; que, obviamente, no tienes”. Pero no se hizo, y aquí estamos. Y se habla ya del chat GPT 5.

¿Se puede utilizar la voz de otra persona sin su consentimiento?

En España, no. La voz está protegida por el derecho a la propia imagen. Y es un derecho fundamental

¿Os llegan quejas de estas utilizaciones sin el consentimiento del actor?

Muchas. Y nosotros también, desde Adoma, intentamos hacer un seguimiento intenso de estas situaciones, por si hay afiliados nuestros cuya voz se está utilizando para hacer memes, fakes o ‘doblajes automáticos’, dicho así, entre comillas —porque para nosotros no son doblajes sino traducciones automáticas sonoras (el doblaje es otra cosa, es un hecho artístico, que implica la existencia de una interpretación, de un artista y de un alma detrás).

¿Cómo habéis reaccionado los actores ante esta amenaza de la IA?

Muy unidos, por suerte. Al menos en el terreno de la voz. En el campo de la imagen, en cambio, todavía hay mucho desconocimiento. Y la gente piensa que no les va a afectar, aunque no es así, la tecnología va a permitir hacer una película entera sin actores, independientemente de su valor artístico, que es otro asunto.

En el mundo del doblaje y la locución, sin embargo, todos estamos muy concienciados. En Adoma no hay ningún actor que haya accedido a clonar su voz. Pero, entre los locutores, donde también hay un grueso muy concienciado y luchando hombro con hombro con nosotros, sí conocemos algún caso de profesionales que han clonado su voz, y la tienen subida a tecnologías como Eleven Labs. Y lo que han visto es una reducción enorme de su volumen de trabajo.

La posibilidad de generar una locución sintética genera la sensación de que es igual que un locutor real. Y no es así. Son cosas muy distintas. Una cosa es la apariencia de naturalidad. Y otra es la impronta que deja una persona. O su interpretación, que muchas locuciones llevan.

Toda la profesión ha reaccionado muy unida. En toda España además (para esto, en concreto). Eso es lo fundamental. PASAVE ha sido muy útil. Gracias a esta unión se nos ha escuchado —más fácilmente, al menos— que si lo hubiéramos hecho solos desde Adoma; de eso no hay ninguna duda. Así hay una idea de que España actúa, como país, conjuntamente en esto. Y las distribuidoras y los estudios se lo toman en serio. Así hemos podido tener unas conversaciones con ellos, que han sido muy necesarias. Pero que parecían muy difíciles.

¿Y el resto del sector?

Por desgracia, las distribuidoras y los estudios parecían no ser conscientes de que estamos en el mismo barco. Porque no nos cabe ninguna duda de que si la parte artística del doblaje desaparece, los estudios nacionales dejarían de tener sentido. Especialmente ahora que casi todos los estudios pertenecen a multinacionales. No tengo ninguna duda de que estas multinacionales ofrecerían un servicio de ‘doblaje automático’ o una mezcla de sonido desde otro país que sea más barato que España; tal como hemos visto en otras ocasiones con algunas mezclas en distintos idiomas, que se han hecho en países del Este de Europa, por ejemplo.

Pero no ha sido un proceso fácil. Tristemente, para que se nos tomase en serio, ese diálogo tuvo que forzarse con una acción de firmeza, cuando los actores nos negamos a firmar más cesiones de derechos, si no se daba antes la protección necesaria al trabajador. A raíz de esta postura comenzaron unas conversaciones muy necesarias con las distribuidoras y con los estudios. Ha sido un largo recorrido. Pero lo que se hizo era necesario. Y muy importante.

Ahora esa cláusula está puesta en muchas cesiones de derechos. Y en otros casos se han incluido cláusulas, redactadas por las distribuidoras, que protegen a los trabajadores frente a la IA, y que han sido aprobadas en diferentes asambleas que han tenido lugar en las asociaciones que integran PASAVE.

¿Tiene algún papel el público en esta pugna por la IA?

El público tiene un papel fundamental. Si el público acepta que se hagan ‘doblajes sintéticos’ —traducciones con voces sintéticas, en realidad— las empresas querrán usar esas tecnologías para abaratar costes. Pero si el público se niega, las empresas seguirán recurriendo a los actores. El público tiene ese poder. Las empresas darán al público lo que este les pida, si esa es la forma de que se consuman sus productos. Por eso desde aquí pedimos al público que exija calidad. Que exija actores y actrices de verdad. Un buen doblaje, en definitiva. Si el público pide eso, las distribuidoras van a reclamarlo. Y eso hará que los presupuestos aumenten. Y podremos hacer el trabajo mejor y más despacio.

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