Manolo García: “Deberíamos doblar juntos, al menos con tu ‘partenaire’”

Manolo García

Manolo García, leyenda del doblaje, distinguido recientemente en los Premios Irene de esta disciplina, desvela en esta entrevista su próxima participación en el doblaje de El irlandés, la última película del director norteamericano Martin Scorsese, donde García doblará al actor Robert de Niro.

Además, el veterano actor, responsable del doblaje de centenares de películas, entre ellos algunos de los principales actores de las últimas décadas, como Robert Redford, Michael Keaton, Warren Beatty, Jeff Bridges, Jeremy Irons, Bill Murray, Kevin Costner o Kevin Kline, entre otros muchos, repasa su vida en el doblaje, desde sus inicios en Barcelona de la mano de figuras como Juan Manuel Soriano, Rafael Navarro y José María Ovies, hasta nuestros días; sin olvidar algunas críticas a técnicas actuales, como el doblaje en banda.


Los comienzos de Manolo García en el cine.

Nacido en Barcelona en 1942, la vida de Manolo García es una prueba más de la fértil colaboración entre los dos polos del doblaje, Madrid y Barcelona. Hijo del actor Fortunato García, Manolo – Manolito García en sus inicios en el teatro y el cine de la época – comienza a doblar en la Ciudad Condal a finales de la década de los 40 del pasado siglo “cuando todavía no sabía leer”, afirma en conversación telefónica el pasado mes de julio con Blog de la Escuela de Doblaje de Madrid (EDM).

En Barcelona, García pasará a formar parte del cuadro de actores de Radio Nacional de España, una vez que su director, José Manuel Soriano, cumpla su promesa de incorporar al joven actor al cuerpo de actores cuando este aprendió a leer, recuerda.

Sin embargo, con 27 años, y dos hijos, el médico diagnostica asma a su hijo Manolo. Lo que provoca el cambio de domicilio de la familia. “Llegue a Madrid dispuesto a abrirme camino, con dos niños, y una mano delante y otra detrás”, rememora.

Manolo García permanecerá en Madrid entre los años 1968 y 1981. “Una gran época”, recuerda, durante la cual descubrirá una forma de doblar “muy distinta” de la que se hacía en Barcelona.

“La forma de trabajar en Barcelona era mucho más estricta, más rigurosa. En Madrid, en cambio, se trabajaba de una forma más joven, más libre, con mayor improvisación”, relata.

“Aprendí mucho”, afirma, recordando a los grandes nombres de la profesión en aquel momento, como Félix Acaso, Paco Arenzana, Rafael de Penagos, que le acogen “como si fuera uno más”.

Unos años después, García se convertirá en empresario, al montar, junto a su mujer, la montadora Renata Merino, el Estudio 103, el primer estudio barcelonés en abrir una segunda sede en Madrid “como luego hicieron muchos otros: SDI, Sonoblok… ”, asegura.



El actor recibe el Premio Irene de Doblaje en mayo de 2019.

Doblará a De Niro en El irlandés

En Madrid y en Barcelona la nómina de actores que ha doblado Manolo García es gigantesca, cuajada de ‘primeros espadas’, los más reputados actores del cine norteamericano de las últimas cinco décadas: desde Robert Redford, por ejemplo en Memorias de África; hasta Cristopher Reeve en los diferentes Superman; pasando por Kevin Costner, Kevin Kline, Bill Murray, Jeff Bridges, Cristopher Walken, Warren Beatty, Michael Keaton, Jeremy Irons, Mel Gibson, Alec Baldwin y un larguísimo etcétera donde no faltan popularísimas series, como la setentera La casa de la pradera o la más actual CSI Las Vegas; casi siempre en el papel protagonista tanto en el cine como en la televisión.

Sin embargo, en la actualidad, García es consciente de que su voz “ha perdido galanura”. A pesar de estar “inactivo” – “solo doblo a actores que ya he doblado en el pasado”, dice – Manolo García avanza que en los próximos días se dispone e participar en el último proyecto de Martin Scorsese, El irlandés, una película en la que, por expreso deseo del director italoamericano, García doblará al actor Robert de Niro, doblado habitualmente por otro actor, Ricardo Solans. “Quizás el público se sienta decepcionado”, aventura.

El anuncio del doblaje de De Niro por parte de Manolo García es una novedad, ya que en los últimos tiempos, ha sido Richardo Solans quien se ha encargado de doblar al protagonista de Casino en la mayor parte de las producciones.

Contrario a participar en redoblajes

Consciente de que su voz “se ha hecho mayor” – “he perdido medios y agudos”, dice –, Manolo García se declara contrario a asumir el redoblaje de algunos de los grandes actores doblados por él en el pasado – “tendría que hacerlo otro; mi voz ya no corresponde con su edad”, señala –.

Además, el gran actor de doblaje repasa algunos de sus trabajos más destacados del pasado. “Kevin Costner es muy fácil”, comienza. “Al igual que Robert Redford. Abre la boca. Yo la abro. Y se genera una sinergia”, dice el responsable del doblaje de una buena parte de los galanes de las últimas décadas.

Sin embargo también han existido dificultades en la carrera de García. Personajes, y actores, que le han hecho sudar en el atril. Bill Murray, por ejemplo. “Su forma de actuar es muy estática; ahí es donde reside su gracia. Yo tengo que frenarme continuamente cuando lo doblo. Se lo digo al director, porque mi forma de actuar es mucho más abierta”, explica.

“Una gran dificultad” le generan también los doblajes, añade, de Steve Martin, con quien García trata de “mimetizarse”.

La época dorada: una forma de vida

Primero como niño, y luego como ‘estrella’ del doblaje español, Manolo García ha sido testigo de la profunda transformación vivida por el doblaje español a lo largo de medio siglo. Una experiencia que le permite trazar comparaciones.

“La profesión es totalmente distinta”, dice al recordar sus primeros pasos en el atril junto a otros niños prodigio como Pepito Moratalla y Luisito Varela. “Mis grandes hermanos. Llevábamos pantalón corto cuando nos conocimos, jugando a ser actores. Crecimos y nos ‘hicimos’ en esta profesión”, recuerda.

“Yo me crié dentro de una profesión donde éramos como una compañía de teatro. Había la primera dama, el galán, el primer actor… Y cuando decías ‘te quiero’, eso se notaba. Hoy es un trabajo. Entonces era una forma de vida”, apunta.

“Salíamos después de trece horas de trabajo, y nos íbamos a tomar vinos todos juntos para seguir hablando del trabajo; era una obsesión. Éramos como una auténtica familia. Igual que una compañía de teatro cuando está de tournée”, añade.

Una profesión donde convivían en el atril con figuras como Salvador Arias, Simón Ramírez, Chus Nieto. “Y donde además en el bar-restaurante se contaban todo tipo de anécdotas, de las cuales, si eras una esponja, te nutrías”, cuenta.

“Eso se acabó”, lamenta. “Hoy vas al estudio, y no hay nadie… Esa vida no solo en la sala se acabó. Los chavales que empiezan ahora, todo aquello, que era como una gran universidad del doblaje, no lo tienen, ni lo van a tener”, concluye.

Los problemas de doblar en banda

“Hoy somos monologuistas”, continúa. “Como los de El club de la comedia. Ahora vas al estudio y no hay nadie. En la sala no hay nadie… Es terrible”, dice, en abierta crítica a la práctica actual de doblar películas y series en banda; es decir, con cada actor por separado, en lugar de todos juntos – al menos, los papeles principales – simultáneamente en el atril.

“Deberíamos doblar juntos, al menos con tu partenaire”, critica. “Vas tú solo. No sabes el resultado conjunto, cómo va a ser… Esto es terrible”, agrega.

“Es muy difícil decir te quiero a nadie, a nada… No me gusta. Si los actores originales estaban juntos cuando se lo decían, ¿por qué no en el doblaje?”, se queja.

Premios Irene

“Ningún premio es comparable a la emoción de ver a la gente de la profesión aplaudiéndote”, afirma García, “profundamente agradecido” con los organizadores de los Premios Irene de Doblaje, con uno de los cuales el actor fue distinguido el pasado mes de mayo, y entre quienes García cita a Lorenzo Beteta, el director de la Escuela de Doblaje de Madrid (editora de este blog), Pablo del Hoyo, uno de sus profesores y también, como el anterior, destacado actor y director, y Alberto Closas, actor además de director de comunicación del Teatro Príncipe Gran Vía, que acogió la gala de los premios.

“Es un premio al recuerdo. Si después de tantos años se acuerdan de ti es que algo has hecho bien”, destaca.

Comentarios (2)

Trabaje con él mucho tiempo en SONOBLOK, yo como técnico de sonido, y fue un
lujo y un privilegio. Aprendi mucho y sigo recordando esos años «pinchando» en las series que dirigia Manolo Garcia. Series como «Poder sin Gloria», la serie «V», «Canción Triste de Hill Street», …
Un lujazo !!

Una alegría que siga activo este blog como foro de debate y un lujo con testimonios de esta categoría.
Reflexionando y animando al debate: ¿Por qué se suprimieron los doblajes grupales privándonos a las nuevas generaciones de poder aprender trabajando al lado de los veteranos, como sí habían podido hacer estos al empezar con sus veteranos? Seguramente una parte por temas técnicos cuando se pisan dos personajes (pero eso no impediría ensayar de manera grupal) y si es por prisa de la empresa o el cliente, la profesión podría hacer presión para evitarlo.
El problema es que creo que lo que acabó con los doblajes grupales fue, sumado a los dos factores expuestos, un tercero: que muchos actores preferían trabajar solos para ir más rápido que teniendo que cargar con actores que fueran más lentos (Por ser más novatos o tener un mal día). O, directamente, que preferían trabajar solos para no coincidir con fulano o mengano que les caía fatal… etc. Tengo la sospecha de que una parte importante del colectivo de actores prefiere las bandas por eso y la suma de este punto a los dos anteriores hace que volver a los doblajes grupales parezca algo imposible.
Cuando se habla de lo unido que estaba el sector hace un par de décadas y lo distanciado que está ahora. Me pregunto cuánto influye en ello este tipo de cosas. ¿Cómo puede sentirse la unidad si alguien lleva, por ejemplo siete años trabajando en una serie con otro actor y no haber cruzado ni media palabra con él? Temas para autocrítica.

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