Amparo Bravo y Sandra Jara: ‘Nos ilusiona mucho el premio a Piccolino’

Amparo Bravo y Sandra Jara: ‘Nos ilusiona mucho el premio a Piccolino’

Actrices de larga experiencia y profesoras de la Escuela de Doblaje de Madrid (EDM) —editora de este blog—, Amparo Bravo y Sandra Jara han visto recientemente reconocida su interpretación vocal en el cortometraje Piccolino, una fantasía producida por la ítalo-española Zampanò Producciones, que mezcla imagen real y animación stop motion, y que, tras triunfar en Italia, recorre los colegios españoles promoviendo entre los escolares un mensaje integrador y medioambiental.

Las dos actrices y docentes detallan en esta entrevista, celebrada separadamente por teléfono en el mes de marzo, los detalles de su participación en el corto y otros detalles sobre su carrera y el presente del doblaje en Madrid. En cuanto al corto, ambas se muestran contentas con el galardón logrado en el Festival Internacional de Cine Austral (FICA) de la ciudad argentina de Córdoba. Y respecto a sus carreras, ambas comparten sus inicios en los años 80; que en el caso de Amparo Bravo la llevó a simultanear el doblaje con otros trabajos en cine, teatro y televisión, para prestar su voz en el atril a actrices de la talla de Juliette Lewis, Connie Briton o Katey Seagal, y añadir más adelante, en 2009, la labor de dirección; mientras que Sandra Jara, actriz desde los doce años, hija y hermana de reputados actores de doblaje, ha interpretado desde entonces a buena parte de las actrices juveniles más exitosas del cine y la televisión, desde la hermana pequeña de El Príncipe de Bel Air, a principios de los 90, hasta una de las gemelas Olsen —Mary-Kate—, pasando por las populares series Expediente X, Ncis o High School Musical, sin olvidar una nutrida lista de productos de animación, donde encarnó la voz de Barbie, uno de los bebés Rugrats, o de la gruñona y tierna Vanélope, en Rompe Ralph.

EDM: ¿Cómo se produjo vuestra participación en el cortometraje?

Sandra Jara: El director del corto, Giovanni Maccelli, debió de escuchar algún trabajo mío. Y pensó que mi voz podría irle bien al personaje de la cucaracha Lola. Fue él quien contactó conmigo, por mediación de la Escuela, creo. Y cuando te buscan y te quieren, pues te encuentran, ya se sabe.

Amparo Bravo: A mí me propuso Sandra Jara. Buscaban actores que fueran capaces de hacer voces de todo tipo, que fueran capaces de cambiar de voz. Sandra Jara me propuso. Y me presentaron al director, Giovanni. Fui a la entrevista, hice unas pruebas y pasamos a doblar. Les gustó lo que les proponía para la voz de Piccolino, el personaje de un gusano protagonista. Y lo hicimos.

EDM: ¿Qué destacaríais del corto? ¿Cómo os sentís con el premio?

SJ: Es una idea italiana, que había funcionado allí muy bien. Querían traerlo a España. A mí me gustó mucho. Es un corto que van moviendo por los colegios. Y por los festivales. Y, según parece, festival al que va, festival que lo premia. El día que hice la grabación pensé que era un corto ganador. Incluso pensé que ganaría el Goya, si lo llevaran allí. Estoy encantada con el premio; sobre todo por ellos. Los premios siempre son bienvenidos.

AB: Del corto destacaría su originalidad. Su mezcla de imagen real y animación. Y el mensaje de integración que plantea. La integración de cualquiera, aunque sea diferente, en la sociedad. Respecto al premio, cuando me lo dijo Giovanni, el director del corto, me hizo una ilusión grandísima. Lo grabé hace ya unos años. Y no tenía ni idea de que seguía exhibiéndose por el mundo. El premio me hace muchísima ilusión.

Amparo Bravo y Sandra Jara, actrices y profesoras de la Escuela de Doblaje de Madrid (EDM).

EDM: ¿Trabajáis mucho en producciones españolas de animación?

SJ: Trabajo mucho para animación, pero más para productos extranjeros. No recuerdo últimamente haber hecho nada de animación para el cine español. Siempre quieren a gente famosa, los llamados star talent. Está muy de moda. Igual por eso no trabajamos tanto.

AB: No demasiado, la verdad. He trabajado en algunas producciones. Pero no mucho.

EDM: ¿Qué personajes os gustan más dentro del campo de la animación?

SJ: A mí me vuelve loca todo lo que sea animación. Cualquier personaje me viene bien. ¿Qué personajes me gustan más? Los simpáticos, claro. Los divertidos. A los que puedes sacar jugo. Pero, si tengo que hacer uno insulso, también lo hago. Me gustan todos. La animación me encanta.

AB: De todo tipo. Acabo de grabar un corto que iba a los Oscar, muy bueno. Me gusta más la animación que lleva un mensaje. No me gustan las animaciones agresivas. Ni aquellas donde los personajes luchan físicamente. No considero que sea una lección agradable para los niños. Me gustan las animaciones que te llevan a integrar, a mostrar cariño, comprensión, protección… Todo ese tipo de cosas.

EDM: ¿Y el resto de doblajes? ¿Cuál es el género en que os sentís más a gusto?

SJ: Mientras no sean muy de miedo… A mí las pelis de miedo me dan mucho miedo; no me gustan. Me refiero al terror fuerte. Aunque si lo tengo que doblar, también lo doblo. Me gusta mucho el drama. Un buen drama. O una buena comedia. Yo me siento a gusto en el atril. Me da igual lo que tenga que doblar. Es mi zona de confort. Mi sitio de recreo, por así decir. Hay unos personajes que te retan más que otros. Pero a mí lo que me gusta es doblar. Lo que quiero realmente es estar en el atril.

AB: Yo me siento principalmente a gusto en la comedia. Más a gusto. Pero me gusta cualquier serie que tenga un contenido interesante. Y que sea un trabajo en el que yo me pueda desarrollar como actriz. Que pueda aportarme. Y me permita pegarme al personaje original. Cuanto mejor sea el personaje, más lo disfruto, lógicamente. Nos pasa a todos los actores. Pero hay que trabajar en todo. La comedia me gusta mucho.

La digitalización ha traído muchos cambios al mundo del doblaje. ¿Qué destacaríais del momento actual? ¿Hacia dónde creéis que nos encaminamos?

SJ: La digitalización ha traído una forma de trabajar muy rápida. Y hacer cosas que antes no se podía. La técnica nos ha facilitado bastante el asunto de la sincronía. Encajar todo bien donde debe estar. Pero la interpretación sigue siendo igual. El momento actual, con tanta plataforma, es una locura. Hay mucho trabajo y se necesita gente. Pero quieren que todos tengamos el mismo nivel en cuanto a experiencia y profesionalidad. Y la gente nueva no lo tiene, claro. Personalmente, a mí me da igual doblar algo de una plataforma o algo que no ve nadie. El trabajo es igual de importante. La gente piensa que porque hayas doblado algo muy famoso, como Juego de tronos, ya estás en encumbrado y te vas a hacer millonario. Pues no. Yo cobro lo mismo por hacer Juego de tronos que por una cosa que nadie ve, a las cuatro de la mañana. Quizás cuando sí hemos notado más cambios es con la pandemia. Ya no podemos estar todos juntos en la sala. Ahora trabajamos todos en banda. No tenemos el guion en papel, donde antes hacíamos marcas. Y ahora está en una tablet. Ahora nos dan la opción de usar cascos, que sirvan de guía y poder ir más cómodos. Estamos solos en la sala, con el director y el técnico; antes había más gente en la sala. Quizás cuando baje la incidencia y nos quiten la mascarilla volvamos a trabajar como antes. Aunque no lo creo. Porque así se funciona muy rápido. Y es lo que quieren. No sé decir hacia dónde se encamina la profesión. Me temo que puede ser hacia algo muy bueno o algo muy malo. Desde que yo empecé ha cambiado todo mucho. Lo único que podemos hacer es amoldarnos. Y procurar que el producto siga saliendo con la máxima calidad. Lo que sí sé es que se va a necesitar mucha gente nueva. La profesión lo requiere. Hay muchas productos. Los clientes quieren voces nuevas, que no estén oídas.

AB: La digitalización ha traído un sonido espectacular. Pero con ello también ha supuesto que se grabe a mucha más velocidad. Todo corre muchísima prisa. Eso implica que no tengamos tiempo, ni para preparar el personaje, ni para disfrutar de las grabaciones. No tenemos tiempo para repetir las grabaciones, hasta que todo esté perfecto. Va todo un poco a lo loco. Demasiado aprisa. Hay mucho trabajo de las plataformas; eso tiene su parte buena. Tenemos más trabajo. Pero también tiene una parte negativa. Porque nos hacen ir a un ritmo que raya en lo imposible. ¿Hacia dónde vamos? Es un poco incierto. Yo creo que seguiremos en la misma línea, con bastante trabajo; las plataformas necesitan contenidos. Espero que podamos vivir de esto. Nosotros y todas las generaciones que están saliendo, donde hay grandes actores. Yo estoy muy orgullosa de mi profesión. Y a gusto con mis compañeros. Me gusta mucho este trabajo.

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