Adela Zajac: «Debemos controlar la inteligencia artificial»
Un nubarrón. Una pena flotando en el aire en un día de fiesta. De este poético modo, la joven directora de ‘Voces y algoritmos’, un documental sobre el avance de las herramientas de inteligencia artificial en el campo del doblaje, Adela Zajac, decidió dedicar su trabajo de fin de carrera a indagar sobre este asunto.
Una indagación que ha contado con dos expertos en inteligencia artificial y dos profesionales del doblaje. Y sobre cuyos resultados nos habla su directora, en esta entrevista para el blog de la Escuela de Doblaje de Madrid (EDM).
¿Cómo llegaste a la idea de que querías hacer un documental sobre la inteligencia artificial (IA) y el mundo de la voz?
La idea surgió a raíz de una colaboración para organizar la gala de los Premios Irene de Doblaje en 2023. La actriz de doblaje, Eva Rodríguez, me pidió que la ayudara en esta tarea. Y me encantó. La gente del doblaje es como una familia. Me enamoró. Pero en medio de aquella felicidad, se percibía una gran preocupación por la llegada de la inteligencia artificial (IA). Además, por aquel tiempo se vivió una oleada de memes en Internet y redes sociales, que utilizaban el recurso del ‘doblaje artificial’. En esa época yo tenía que decidir un tema para mi trabajo de fin de carrera. Y me pareció que era necesario investigar; averiguar hasta dónde afectaba al doblaje, y lo que está por llegar.
Una vez que surgió la idea, ¿cómo fueron los primeros pasos del proyecto?
Yo tenía pensado hacer un corto de ocho minutos. Pero vi que era imposible. Durante el proceso de rodaje y edición, salían tantos temas interesantes, que hubiera sido una pena dejarlo tan corto. Al final nos fuimos a casi media hora. Tenía casi cuatro horas de grabación.
La fase de documentación se centró por un lado en el doblaje — con la lectura de la Historia del doblaje español, de Javier Dotú, y entrevistas a personas, como Raúl Lara, presidente del sindicato de actores de doblaje de Madrid, Adoma, y a Lorenzo Beteta, director de la Escuela de Doblaje de Madrid (EMD) —, y por otro, en las conversaciones con dos expertos en el campo de la inteligencia artificial, como son Enrique Puerta, profesor de la Universidad Europea, y Alba Mejide, especialista en este asunto, a quien conocí un poco por casualidad en una conferencia en el Ateneo de Madrid.
¿Qué es lo más interesante que has descubierto gracias al documental?
Que el doblaje es muy importante. Y que la inteligencia artificial no lo puede sustituir. Visité la Escuela de Doblaje de Madrid. Y allí, su director, Lorenzo Beteta, me indicó que el doblaje no consiste en una traducción literal de la obra original, sino en una traslación artística y del sentido de una cultura a otra. En España, por ejemplo, nosotros hablamos con una tonalidad diferente a la que usan en China, Corea o Estados Unidos. Cada idioma tiene su propia musicalidad. Y, al menos con las herramientas que yo utilicé durante mi investigación, la inteligencia artificial no era capaz de salvar esas diferencias.
¿Qué herramientas utilizaste?
Utilicé herramientas gratuitas, al alcance de cualquiera. En la primera fase, la de la transcripción, aparecían ya los primeros fallos. Esas herramientas no eran capaces de adaptar bien los textos. No usaban las expresiones correctas. Por otro lado, las voces tampoco sonaban naturales. Unas sonaban robotizadas. Y otras seguían curvas de entonación propias del idioma original, pero no del español. Supongo que es muy difícil explicarle a un ordenador qué emoción debe expresar.
¿Cuál es tu opinión sobre la pervivencia del doblaje? ¿Crees que sobrevivirá?
Sí. Mi idea, después de hacer el documental, es que el doblaje sobrevivirá. El doblaje es algo muy importante. Permite ver contenido en otros idiomas y entenderlo perfectamente. En España, consumimos mucho contenido doblado. Es parte de la cultura. Y es imposible, como dice Lorenzo Beteta, que la cultura se haga con inteligencia artificial.
Muchas personas además no saben idiomas. Y gracias al doblaje, estas personas pueden ver contenido en otros idiomas y entenderlo perfectamente.
Por eso creo que deberían seguir celebrándose los Premios Irene de Doblaje. Los actores de doblaje son parte del cine; son una parte muy importante de la industria audiovisual. Y debería reconocerse su mérito.
¿En qué campos utilizas tú la inteligencia artificial?
Utilizo la inteligencia artificial a veces para ayudarme a escribir. Y para elaborar listas. Cuando me siento atascada, recurro a Chat GPT, por ejemplo. Le digo: — “Ayúdame a redactar tal cosa” —. Luego tienes que retocarlo, evidentemente. Y no siempre dice la verdad. Pero supone una ayuda.
Y los estudiantes de comunicación audiovisual, ¿qué opinión tienen del doblaje?
En general la gente lo valora. Cuando hice el documental, hice una pequeña encuesta entre mis compañeros de Comunicación Audiovisual. Alguno trabaja en la industria y se da cuenta del valor del doblaje. Otros creen que hay que adaptarse a las nuevas tecnologías. Aunque, en este sentido, a mí me surgen algunas dudas. Es verdad que nos acostumbramos a todo. Pero me pregunto si no llegará un día en que acabaremos diciendo: — “Esto ya no lo veo; esto es pasarse” —. Con el tiempo se verá. Y en el tema del doblaje, el público, que es el cliente final, decidirá.
¿Tu generación ve más contenido doblado que en versión original? ¿O combinan ambas alternativas?
Muchos combinan ambas alternativas. Yo misma, por ejemplo. Antes veía todo doblado. Pero ahora veo más contenido original con subtítulos, sobre todo en inglés, o en un idioma cercano al nuestro, por ejemplo, italiano. Ten en cuenta que los jóvenes cada vez sabemos más idiomas. Y en redes sociales, hay mucho contenido así, en otros idiomas.
¿Qué se perdería, en tu opinión, si el doblaje dejara de existir?
En España sigue habiendo muchas personas que no saben otros idiomas. Y si se pierde el doblaje, estas personas dejarán de tener la posibilidad de ver un contenido a gusto, tranquilos, sabiendo que lo están entendiendo todo bien.
En cuanto al documental, ¿qué planeas en cuanto a su difusión?
Me encantaría dar una trayectoria mas amplia al documental. Estoy pensando incluso mandarlo a algún festival o a algún medio que pueda difundirlo más. Se trata de un tema muy interesante. No solo para los alumnos de Comunicación Audiovisual. Sino para todo el mundo. Todos consumimos contenidos audiovisuales. Y es muy importante saber que está pasando con la inteligencia artificial
¿Qué oportunidades tienen los jóvenes graduados en Audiovisuales en España hoy?
Tienes que especializarte. Decidir qué quieres hacer, y tratar de dar lo mejor. Es cierto que cada vez hay más contenido audiovisual. Y eso debería significar que hay más oportunidades. Pero, por otro lado, parece que cualquiera puede crear contenidos audiovisuales hoy en día, sin necesidad de haber estudiado. ¿Oportunidades? Las hay. Pero dependen de una combinación de tres cosas: trabajar duro, suerte y contactos.
Mis compañeros se decantan sobre todo por la dirección de cine o de fotografía, o por ser operadores de cámara. Personalmente, me interesan la producción y el montaje. He tenido la oportunidad de participar, además del documental, en el cortometraje Solo, dirigido por Joaquín Butrón, y en un episodio piloto de la serie Maldito san Valentín. Y han sido grandes experiencias.
También has trabajado como ‘community manager’, ¿qué opinión te merece esta experiencia? ¿Dista mucho el uso profesional de las redes sociales del particular?
Trabajé como community manager en el periódico Vozpópuli. El uso personal y el particular son muy diferentes. En mi caso, no publico mucho contenido personal en redes sociales, suelo usarlas más bien para ver contenidos. Pero en el periódico publicábamos una noticia cada 15 minutos. Aprendí mucho. Es muy distinto.
¿Y los periódicos? ¿Cuál es su relación con la joven generación?
Antes de trabajar en el periódico, estaba muy desactualizada. Entre mi generación, es raro que una persona se levante por la mañana y diga: — “Voy a mirar el periódico”. Nos informamos por redes sociales. Y ahí el algoritmo decide. A cada uno, nos llega una información diferente.
Trabajar en el periódico me puso al día. Y, aunque ya no trabajo allí, me sigue gustando permanecer informada, saber qué está pasando en el mundo.
Finalmente, ¿cuál es tu opinión sobre la inteligencia artificial?
Hay que ponerle límites. Hay que legislar. Yo no las recomendaría para niños, por ejemplo. Puede ser de gran ayuda para ciertos asuntos, como agilizar algunos trabajos mecánicos o en análisis de datos. Pero hay que fijar límites.
Todo exceso es malo. Además, se pueden utilizar también para hacer mucho mal. Y están al alcance de todos, hasta de los niños. Hay que llevar cuidado.
Debemos controlar nosotros la inteligencia artificial. Y que no sea ella la que nos controle.